Salvador Dalí (1954)
Perdidos se entristecen
Recorriendo muchedumbres
Se malgastan al filo de espasmos narcóticos
Ellos vislumbran acordeones que ya no cantan
Que han quedado arrullando sus miles pesares
Con sonetos que el ahora desconoce
Para tener como aposento
Este vacío gris.
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