martes, 6 de diciembre de 2011

NO APTO PARA LECTORES FUNDAMENTALISTAS

SE RECOMIENDA LEER CON LA MÚSICA DE ÉSTE VÍDEO SONANDO (ABRIR LINK):




A partir de:

Balza I. (2009). Bioethics of the sexual bodies: transsexualism, intersexuality and transgenderism. ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política. Universidad de Jaén.


Los términos intersexualidad y transexualidad se dibujan en el panorama actual como conceptos que todavía son acatados con renuencia. Hoy en día desgastados discursos a favor de la integración y la inclusión social atormentan los oídos de quienes ya cansados de escuchar siempre la misma letanía, piden a gritos encontrar un lugar en un mundo donde la dicotomía sexual marca pauta jurídica, social y moral. Isabel Balza ofrece una disertación analítica donde se plantean cuestiones de carácter ético encaminadas a poner sobre la palestra el sentido y la manera en cómo se desarrollan las intervenciones y los tratamientos médicos de asignación o reasignación sexual –según sea el caso-. A continuación, un punto de vista que pretende a través de la crítica, entender cuál es realmente la motivación de manejar conceptos tan limitados a la hora de afrontar como sociedades civilizadas, la aparición de diferencias sexuales en el devenir de la historia.

Encontrar un punto de partida resulta una pretensión compleja, Dios creó al hombre y a la mujer, es antinatural ese comportamiento, son sentencias que pueden hacer tambalear cualquier tipo de imperativo ético. En un sistema carente de categorización y generalizaciones sería mucho más apacible vivir, suponen, y es que -aún y cuando no forme parte de las mayorías estadísticamente comprobadas-, para un sector importante de la población que ha venido al mundo intersexuado o transexuado, hacer vida en el seno de una sociedad donde después de siglos de “evolución”, se sigan manteniendo los mismos parámetros de clasificación sexual tradicionales, es complicado e inclusive, doloroso. Ésta población viene buscando con mucha fuerza, cabida en un mundo diverso y plural, aquel mundo de utopías que se vende siempre en propagandas políticas e ideológicas.

A diario, millones de personas rechazan la diferencia, apoyando sin ningún tipo de remordimiento medidas médicas a favor de intervenciones quirúrgicas que poco responden a la vida emocional del individuo a tratar, haciéndose eco además de fundamentos poco sólidos y argumentando que se trata de un error biológico y que además, puede ser solucionado de manera paliativa. En la actualidad, intersexuados/transexuados son vistos como individuos enfermos que presentan una patología y no como monstruosidades tal y como antaño eran considerados.

¿Realmente un recién nacido intersexual al momento de ser sometido a dicho tratamiento, puede decidir qué sexo quiere llevar para el resto de la vida? ¿Puede un transexual adaptarse a las exigencias heterosexuales que el mundo jurídico, social y moral le exigen al momento de crear una identidad ajustada a los cánones establecidos? Si se comienza a pensar en una posible revolución que permita la ruptura del modelo binario tradicional y excluyente que ha prevalecido a través de los años con relación al sexo, y se apuesta por un modelo actual, que incluya y no limite la posibilidad de desarrollar identidades sanas y que conlleve la asimilación de un sujeto transgénico que no tendría que padecer el tortuoso proceso de asignación y reasignación sexual que seres humanos están experimentando.

Si el temor es por la conservación de la especie, las estadísticas también comprueban que parejas heterosexuales hasta la fecha son mayoría, si se trata de un problema moral, podría considerarse bizarro la dificultad que estos individuos tienen para desarrollar una identidad y un reconocimiento social –a través de sus semejantes y a través de las instituciones-, ¿cómo podría considerarse antinatural un hecho que ha producido la misma naturaleza? ¿Por qué existe tanto miedo y temor hacia lo distinto? ¿Es acaso coherente que la asignación sexual se determine por el tamaño que el pene presenta al momento de realizar la intervención?

Afortunadamente, y a pesar de tanta resistencia, existen esfuerzos interdisciplinarios que apoyan la búsqueda de un espacio que han emprendido grupos y organizaciones apostando por el reconocimiento de la diversidad sexual en el mundo entero. En el caso de Venezuela particularmente, se desarrolló durante el 2010 el I Congreso Internacional de Diversidad Sexual y Derechos Humanos, igualmente, Tamara Adrián ha realizado diversas acciones a favor de este movimiento social y de su propia identidad. En contraposición a estos esporádicos hechos, existen países en el mundo occidental donde todavía, se condenan con pena de muerte conductas que no responden al estereotipo heterosexual, se imponen medidas inescrupulosas cuando individuos transgénicos aparecen en el mundo de la jurisprudencia actual, aún se puede ser testigo de cómo se presentan a través de medios de comunicación (televisión, cine, revistas) obras de teatro y otras manifestaciones culturales la figura del inter o del trans, como figuras foco de ridiculizaciones y abusos constantes.

Lo que se demanda es sencillo, dejar el miedo y el egoísmo, permitirse el hecho de interactuar en armonía con el otro diferente, con el otro diverso, y entender, que en un mundo donde lamentablemente ya todo está establecido, categorizado y clasificado a través de parámetros rígidos, las minorías que se atreven a disentir y a ser diferente, buscando fidelidad introspectiva, corren el riesgo de ser execrados de la sociedad sin derecho alguno a decidir, sin derecho a tener libertades, sin derecho a ser felices de la manera en que la naturaleza les asignó venir a este mundo limitado y flagelante.

Andrea Freites Hernández.



Si disfrutaron la música de fondo que les propuse, les dejo por aquí una breve reseña de los responsables de tan maravillosa melodía. (Disculpen la carga subjetiva, me gusta mucho este músico y su banda).



Antony and the Johnsons es un grupo musical procedente de Nueva York liderado por el cantante y pianista Antony Hegarty, quien también es el compositor de todas sus canciones. Más que un grupo en sentido clásico, The Johnsons se puede considerar la banda de acompañamiento de Antony, quien da toda la personalidad al proyecto.

La personalidad del grupo está unida indiscutiblemente a la de Antony, cuya particular voz lo emparenta con artistas como Nina Simone o Aaron Neville, de los Neville Brothers. Su música, en la que además de su voz destaca el acompañamiento de piano, le acerca a géneros como el jazz y el soul más intimista. Asimismo, sus letras se caracterizan por tratar diversos aspectos de la vida transgénero, ya que Antony se considera como tal. Algunas de sus canciones con esta temática son My Lady Story o For Today I'm a Boy, en la que un niño sueña con hacerse mayor para poder convertirse en una mujer.

(Reseña tomada de: La Higuera.net).


LES RECOMIENDO ADEMÁS ÉSTA CANCIÓN, BANDA SONORA DE THE SICRET LIFE OF WORDS.

DISFRÚTEN:


http://www.youtube.com/watch?v=Luirzce0UF8

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