Imágen tomada de: http://grupochaski.org
La sociedad de hoy.
Desde las fobias sociales hasta
la pluralidad axiológica.
Una mirada fundamentada en la Educación en Valores.
Por:
Andrea Freites Hernández
Una realidad social como la actual,
convulsionada desde todo punto de vista, testigo de fuertes luchas de poder
desde distintos ámbitos y esferas, carente de acciones mediadoras contundentes
para el logro de la resolución de conflictos, donde igualmente confluyen
diversas realidades que derivan de una manera plural de interpretar la vida,
donde coexisten distintas jerarquizaciones de valores muchas veces radicalmente
antagónicas, merece ser redimensionada a fondo. Dentro de todo este contexto
social, vienen a influir también todas las condiciones que de una realidad
globalizada se desprenden, las tecnologías de la Información y la Comunicación que
están modificando la manera en cómo los seres humanos se relacionan entre si y,
desde el ámbito educativo, el ideal de ser humano que se busca formar, también
vendría a estar condicionado por la axiología, entendida desde ese entorno como
altamente plural, por lo tanto, se dificulta la posibilidad de llegar a
acuerdos con relación a lo que se espera sea el ideal de bondad en los seres
humanos.
Dentro de toda esta realidad, es importante
sin lugar a dudas, que se replanteen los conceptos más profundos de la
axiología; los valores morales. Se considera que los valores, representan
estructuras intangibles pero a la vez visibles a partir del comportamiento
humano, medibles, en cuanto a significado y observables en cuanto a que se
expresan a través del individuo que hace de ellos un estilo de vida.
Un valor es esa cualidad que parte de la
ética y la construcción moral colectiva que hace que un individuo se sienta
identificado con un determinado grupo social. Un valor permite discernir qué es
aquello que está bien y qué cosas deberían evitarse para no caer en
transgresiones entre conciudadanos. Los valores son cualidades y virtudes que
le permiten a los seres humanos reconocerse entre ellos mismo, mirarse a los ojos
y entender con empatía la alteridad, aunque disienta, aunque piense distinto,
en tanto, al igual que cualquier otro ser humano tiene dignidad que le es
inherente como raza, independientemente de su color de piel, credo, orientación
sexual gustos musicales, cinematográficos o políticos.
Los valores deberían entenderse como
espacios incoloros, inholoros e insaboros, espacios quizás virtuales, pero a la
vez reales, a través de los cuales los seres humanos, reconozcan que con el
diálogo –que es un valor que a su vez se expresa a través del acto
comunicativo-, se puede llegar a acuerdos y a tomar decisiones que favorezcan a
todos por igual y en donde se reconozca que el esfuerzo ulterior es erradicar
de la humanidad las más devastadoras prácticas de exterminio y de injusticia
social.
Sin embargo, en ese intento de clarificar
las distintas definiciones que de valores existen, se plantea también el
importante hecho de la pluralidad axiológica, que pudiera representar, una
buena oportunidad de cambio o por el contrario, una amenaza para la realidad
social que se ha definido como convulsionada. ¿Qué pasa cuando en la estructura
social, global, los distintos intereses socio-políticos hacen de una
determinada religión una “amenaza” para el mundo entero? ¿Qué pasa cuando los
seres humanos en defensa de sus ideales e intereses particulares son capaces de
vulnerar la dignidad de otros seres humanos? ¿Qué pasa cuando la vida no es
respetada? ¿Bajo cuales parámetros se están rigiendo las poblaciones para
determinar la diferencia entre lo bueno y lo malo? El asunto que debe importar
es que, aun hoy en día, millones de seres humanos están siendo excluidos a
diario de sus derechos que como humanos les son inherentes, el asunto que debe
cobrar interés, es el hecho que todavía existen personas o sectores con poder,
político, económico y social que subordinan los intereses y puntos de vista de
sectores empobrecidos, vulnerables, excluidos; y ahí, es donde se debería poner
énfasis. ¿Cómo llegar a un punto de entendimiento cuando las interpretaciones
que de un valor moral se ofrecen son radicalmente opuestas?
Entonces en este punto también es preciso
hacer referencia a las tendencias o vertientes que desde la axiología se pueden
vislumbrar y que a su vez, permiten precisar y entender el importante aspecto
de la pluralidad. Por un lado unos autores abogan por las sensaciones del
individuo mientras que otros autores, al contrario destacan la importancia de
la razón en el quehacer axiológico, en la búsqueda del esclarecimiento de lo que
es bondad en la sociedad.
Entendiendo a Frondizi (1958), se parte de
la idea fundamental que los valores morales entonces, parten de una
jerarquización que aun y cuando no esta establecida en un orden rígido, la idea
es que siempre que se pretende seguir un orden ético en la vida humana, es
importante determinar que definitivamente la búsqueda ulterior redunda en ser
seres humanos bondadosos, pues de lo contrario, la intención de encaminar
acciones enmarcados en fundamentos, principios y valores, que señalen siempre
hacia el respeto de la dignidad de todos los seres humanos, carecerían de
sentido, pues si no se pretende alcanzar el bien, sino más bien todo lo
contrario, ¿cuál sería entonces el leitmotiv de construir realidades sociales
fundamentadas en el respeto ético de la alteridad? Sin embargo, retomando la
idea de la pluralidad axiológica, más allá de establecer un orden jerárquico de
los valores morales, la premisa es buscar a través de la moralidad el
entendimiento entre el Norte y el Sur, entre el Poder y la Vulnerabilidad,
entre Oriente y Occidente, entre las Fobias sociales y el Respeto a la
diversidad.
Referentes culturales actuales, distintas
informaciones por los medios de comunicación masiva y las relaciones
interpersonales se basan en el fortalecimiento de estereotipos sociales que influyen
definitivamente en la manera en como los seres humanos interactúan. Por
ejemplo, recientemente desde la industria del cine, se están ofreciendo dos
alternativas cinematográficas que muestran cada una por su parte, un hecho
histórico entendido desde una de las partes involucradas en dichos conflictos o
situaciones. El caso es que, lamentablemente, el alcance de dichas producciones
determina y sesga el punto de vista de la audiencia que por lo general es una
audiencia masiva. Es allí donde las relaciones de poder antes mencionadas
influyen en la interpretación de la realidad de una manera bastante
parcializada. El problema es que, otros sectores de la sociedad, con
estructuras morales distintas, no cuentan con las mismas posibilidades de
acceder al poder económico, político y social que les permita difundir de
manera masiva su punto de vista con relación al hecho o a la circunstancia
narrada desde otras esferas.
De esta situación entonces pudiera
desprenderse el hecho que pareciera percibirse una situación de ventaja de una
moralidad sobre otra, ventaja que se traduce igualmente en exclusión, que
deriva por su parte en intolerancia y fobias hacia sectores sociales cuyas
voces no son escuchadas, por falta de espacios o porque sencillamente, no hay
interés en que realmente sean difundidas. Por otro lado, otro tema que pudiera considerarse
un punto de quiebre, lo representan los debates que surgen a partir del concepto
del valor de la tolerancia y, es justamente en ese valor donde se pudiera
expresar el respeto hacia la pluralidad axiológica. Empero, igualmente en otras
realidades sociales, donde las fobias están presentes, se puede vislumbrar
vulnerabilidad de la dignidad humana, así como también atentados en contra de
la vida, en defensa de ideales que responden a determinados movimientos
sociales o ideologías políticas hacia los cuales en teoría también se tienen
que tolerar.
Llegado a este punto, es importante
plantearse las siguientes interrogantes: ¿cuál es el rol del ciudadano de hoy
que hace vida en un contexto plural altamente cambiante? Igualmente entonces,
¿cuál sería el rol de la educación ideal dentro de un mundo plural?
La sociedad actual demanda
ciudadanos que sean capaces de comprometerse con la necesidad de transformar la
estructura social que ha estado caracterizada por ser una estructura exclusiva,
desigual, donde no todas las personas han estado gozando los mismos privilegios
y que, a pesar de la existencia de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, en la actualidad, muchas personas están siendo
vulneradas. Por ello la formación debe apuntar hacia la formación del alma y no
exclusivamente de la razón, el ser humano actual debe reconocer que solo a
través de sus acciones corresponsables, las estructuras sociales pudieran
transformarse en sistemas mucho más compasivos y justos. Por ello, más allá del
cumplimiento o no de una norma, el ser humano debe reconocer que ejerciendo
ciudadanía, definitivamente podría fortalecer una estructura social debilitada.
La reflexión axiológica debe ser una alternativa constante en todo espacio
educativo.
Dicha reflexión debería ser
promovida a través de momentos donde el sujeto pueda construir su autoestima,
ello como fin ulterior a partir de un proceso que le permita reflexionar,
construir sus propias visiones del mundo y de la vida en general, que le
permita al sujeto reconocer lo humano a través de su esencia como individuo,
que le permitirá gozar de manera responsable de su autonomía y dignidad que como
ser humano le corresponde. Cuando una persona es capaz de construir
consideraciones acerca de realidades sociales y a su vez es capaz de ofrecer
respuesta a las problemáticas que le aquejan, seguramente será capaz también de
vivir en armonía consigo mismo y con el resto de sus conciudadanos.
Ahora bien, se debe plantear
entonces que, los momentos o espacios educativos, donde el sujeto tendrá la
posibilidad de construir, reconocerse, identificar y transformar, es decir de
educarse, no están reducidos exclusivamente a la escuela. La familia, es ese
lugar donde definitivamente el individuo entra en su fase de socialización
inicial, es allí donde se reconocen las diferentes pautas de comportamiento,
valores y principios que le permitirán desenvolverse en sociedad.
La familia es el lugar donde el
sujeto recibe información a través de las relaciones con el resto de las
personas que hacen vida en ese determinado núcleo. Las relaciones entonces
conllevan una carga de afectividad importante, donde los logros o tropiezos,
van a estar determinados por vínculos afectivos entre los adultos y los niños.
En la sociedad contemporánea, la familia se encuentra atravesando por una
crisis, dicha situación, está definitivamente limitando el poder de formador
que la familia tiene, desembocando entonces en una formación negativa de la
personalidad del sujeto contemporáneo.
Savater (1997) plantea que una
causa de dicha crisis pudiera estar relacionada con el carácter juvenil de la
sociedad contemporánea. Es decir, a propósito de la necesidad vertiginosa de
preservar la juventud de la cual la sociedad está siendo testigo, donde el
respeto por la experiencia de lo antiguo, la riqueza y la fortaleza que reside
en las personas mayores está siendo dejada de lado, la autoridad que el adulto
debería representar, se está diluyendo en relaciones joviales y un tanto
libertinas, padres o representantes que siendo amigos de sus hijos, figuras
joviales, están olvidando su importante responsabilidad en la formación de las
generaciones jóvenes.
Lo importante entonces es
manifestar que dentro de las familias alguien tiene que ser adulto y dejar de
lado la obsesión por alcanzar la juventud eterna, reconociendo que la madurez
es fuente de riqueza espiritual y humana y que, actuando como adultos responsables,
pueden definitivamente incidir en la formación responsable de los jóvenes
educandos. Entonces, para que ese adulto pueda asumir una conducta coherente y
responsable, debe manifestar relaciones basadas en la autoridad. La autoridad
debe ser asumida y entendida, como la construcción de relaciones afectivas
basadas en el respeto, relaciones donde la dignidad y la autonomía del sujeto
sean valoradas por los padres.
En la familia tradicional, la
figura de autoridad que asumía el padre, estaba signada por relaciones
castrantes e irrespetuosas, por ello, el miedo a transgredir al sujeto en
formación, es una característica que Savater también trae a colación en su
obra. Es necesario que la familia recupere su espacio, por medio de relaciones
basadas en el respeto mutuo, para la formación de ciudadanos conscientes y
responsables. El ser humano, necesita desenvolverse en ambientes democráticos,
que le permitan ejercer su libertad. La escuela y la familia por lo tanto,
deben proponer espacios donde el educando visualice ejemplos de personalidades
libres, responsables y autónomas, de lo contrario, los únicos modelos que
pudiera identificar serían los ofrecidos por medios de comunicación que poco
pudieran coadyuvar con la formación de personalidades conscientes de ejercer
ciudadanía responsable.
Es preciso destacar entonces el
papel de la libertad dentro de la sociedad contemporánea. Cuando se plantea la
necesidad de formar sujetos capaces de vivir en libertad, es preciso reconocer
que para ser libres, es necesario también ser disciplinados, en la medida en
que los educandos puedan establecer mecanismos para relacionarse
colectivamente, respetando entonces las virtudes y señalándolas como guías de
vida, en esa medida se podrá decir que definitivamente espacios democráticos,
dialógicos y de respeto hacia la alteridad, están siendo construidos debido a
las relaciones en libertad que se construyen en el seno de la sociedad.
Ahora bien, dentro de esa misma
estructura social entonces el planteamiento que debe signar cada una de las
acciones educativas, es interesarse por la formación integral del educando,
donde los conocimientos técnicos vayan a la par de los conocimientos que ayudan
a la humanización del ser humano, sobretodo, en una sociedad tecnócrata, donde
el auge de las tecnologías y su supremacía por encima de cualquier otra área
del saber, se encuentran amenazando todo proceso educativo que tenga como fin
formar personas capaces de educar sus emociones, para hacer uso efectivo y
coherente de los avances tecnológicos que a la par van sucediendo. La necesidad
es clara entonces, vivir la vida con autonomía, libertad y responsabilidad,
considerando que los seres humanos deben relacionarse con sus semejantes para
construir conocimiento, para construir sociedades justas, donde la equidad esté
presente en cualquiera de sus prácticas.
El reto debe centrarse en la
consideración de entender el mundo como una aldea global y entender que los
sujetos son ciudadanos del mundo, donde cada acción que lleven a cabo va a
tener repercusiones e implicaciones globales, más allá de cualquier frontera.
La necesidad es promover en la enseñanza la pluralidad axiológica y el respeto;
y estar conscientes de manera que la educación va a permitir ulteriormente la
obtención de sujetos y colectivos que respondan al modelo de sociedad que se
aspira obtener.
Para ello, es importante
sensibilizar de manera permanente, desde las distintas esferas de la sociedad,
dejando de manifiesto que hoy en día hablar de nacionalismo es olvidar que del
hambre en África y de las riquezas y avances tecnológicos es responsable el
mundo entero, con sus acciones y con sus omisiones. El día en que los sujetos
del mundo entero comprendan que están construyendo la sociedad del mundo
entero, ese día podrá entonces decirse que el ser humano es humano en cualquier
parte del mundo, pues el bien es bien independientemente del territorio donde
se encuentre ubicado espacial y temporalmente.
Lara (s/f), por su parte plantea
que para poder reflexionar sobre la pluralidad axiológica, hay que estar
consientes que se pudiera estar persiguiendo una “utopía” ello lo considera
puesto que plantea que en la actualidad ningún Estado, modelo o colectivo,
realmente puede plantear que en efecto está establecido en su estructura un
modelo de pluralidad consensuado y respetado por todos los seres humanos que
hacen vida en determinado contexto. Sin embargo la invitación es a entender que
teniendo claro un punto de partida, aquí definido como la erradicación de las
fobias sociales hacia la consolidación de sociedades plurales, es más fácil
generar y promover líneas de acción desde los distintos contextos sociales.
Específicamente, en la realidad
venezolana, el preámbulo de la
Constitución (1999) señala los siguientes valores:
“(…) una
sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural
en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores
de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la
integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las
futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a
la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e
impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e
indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional,
el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales
como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad (…)”. (Pág. 1).
Dichos valores morales, podrían
ser considerados como punto de partida hacia la búsqueda de construir y
promover estructuras donde los seres humanos se encuentren en las diferencias
respetando y velando por el resguardo de la dignidad humana, respetando la
diversidad desde todo punto de vista y construyendo consensuadamente una
estructura social digna para todos los ciudadanos.
Referencias Bibliográficas
Asamblea Nacional de Venezuela. (1999) Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela. Gaceta Oficial de la República de Venezuela.
Frondizi, R. (1958). ¿Qué son los valores? (Introducción a la Axiología). Fondo de Cultura Económica, México.
Lara, T. (s/f). Pluralismo axiológico:
libertad de educación y elección educativa. Universidad de la Sabana. Facultad de Educación.
España.
Savater,
F. (1997). El Valor de Educar. Editorial
Ariel. S.A. Barcelona.
1 comentario:
deberías escribir más...seguido..
Publicar un comentario