Inmortalidad
jueves, 7 de febrero de 2013
lunes, 26 de noviembre de 2012
Comparto un artículo interesante
lunes, 11 de junio de 2012
"El valor de educar"
lunes, 9 de abril de 2012
QUERIENDO NUESTRO AMBIENTE
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martes, 6 de diciembre de 2011
NO APTO PARA LECTORES FUNDAMENTALISTAS
Balza I. (2009). Bioethics of the sexual bodies: transsexualism, intersexuality and transgenderism. ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política. Universidad de Jaén.
Los términos intersexualidad y transexualidad se dibujan en el panorama actual como conceptos que todavía son acatados con renuencia. Hoy en día desgastados discursos a favor de la integración y la inclusión social atormentan los oídos de quienes ya cansados de escuchar siempre la misma letanía, piden a gritos encontrar un lugar en un mundo donde la dicotomía sexual marca pauta jurídica, social y moral. Isabel Balza ofrece una disertación analítica donde se plantean cuestiones de carácter ético encaminadas a poner sobre la palestra el sentido y la manera en cómo se desarrollan las intervenciones y los tratamientos médicos de asignación o reasignación sexual –según sea el caso-. A continuación, un punto de vista que pretende a través de la crítica, entender cuál es realmente la motivación de manejar conceptos tan limitados a la hora de afrontar como sociedades civilizadas, la aparición de diferencias sexuales en el devenir de la historia.
Encontrar un punto de partida resulta una pretensión compleja, Dios creó al hombre y a la mujer, es antinatural ese comportamiento, son sentencias que pueden hacer tambalear cualquier tipo de imperativo ético. En un sistema carente de categorización y generalizaciones sería mucho más apacible vivir, suponen, y es que -aún y cuando no forme parte de las mayorías estadísticamente comprobadas-, para un sector importante de la población que ha venido al mundo intersexuado o transexuado, hacer vida en el seno de una sociedad donde después de siglos de “evolución”, se sigan manteniendo los mismos parámetros de clasificación sexual tradicionales, es complicado e inclusive, doloroso. Ésta población viene buscando con mucha fuerza, cabida en un mundo diverso y plural, aquel mundo de utopías que se vende siempre en propagandas políticas e ideológicas.
A diario, millones de personas rechazan la diferencia, apoyando sin ningún tipo de remordimiento medidas médicas a favor de intervenciones quirúrgicas que poco responden a la vida emocional del individuo a tratar, haciéndose eco además de fundamentos poco sólidos y argumentando que se trata de un error biológico y que además, puede ser solucionado de manera paliativa. En la actualidad, intersexuados/transexuados son vistos como individuos enfermos que presentan una patología y no como monstruosidades tal y como antaño eran considerados.
¿Realmente un recién nacido intersexual al momento de ser sometido a dicho tratamiento, puede decidir qué sexo quiere llevar para el resto de la vida? ¿Puede un transexual adaptarse a las exigencias heterosexuales que el mundo jurídico, social y moral le exigen al momento de crear una identidad ajustada a los cánones establecidos? Si se comienza a pensar en una posible revolución que permita la ruptura del modelo binario tradicional y excluyente que ha prevalecido a través de los años con relación al sexo, y se apuesta por un modelo actual, que incluya y no limite la posibilidad de desarrollar identidades sanas y que conlleve la asimilación de un sujeto transgénico que no tendría que padecer el tortuoso proceso de asignación y reasignación sexual que seres humanos están experimentando.
Si el temor es por la conservación de la especie, las estadísticas también comprueban que parejas heterosexuales hasta la fecha son mayoría, si se trata de un problema moral, podría considerarse bizarro la dificultad que estos individuos tienen para desarrollar una identidad y un reconocimiento social –a través de sus semejantes y a través de las instituciones-, ¿cómo podría considerarse antinatural un hecho que ha producido la misma naturaleza? ¿Por qué existe tanto miedo y temor hacia lo distinto? ¿Es acaso coherente que la asignación sexual se determine por el tamaño que el pene presenta al momento de realizar la intervención?
Afortunadamente, y a pesar de tanta resistencia, existen esfuerzos interdisciplinarios que apoyan la búsqueda de un espacio que han emprendido grupos y organizaciones apostando por el reconocimiento de la diversidad sexual en el mundo entero. En el caso de Venezuela particularmente, se desarrolló durante el 2010 el I Congreso Internacional de Diversidad Sexual y Derechos Humanos, igualmente, Tamara Adrián ha realizado diversas acciones a favor de este movimiento social y de su propia identidad. En contraposición a estos esporádicos hechos, existen países en el mundo occidental donde todavía, se condenan con pena de muerte conductas que no responden al estereotipo heterosexual, se imponen medidas inescrupulosas cuando individuos transgénicos aparecen en el mundo de la jurisprudencia actual, aún se puede ser testigo de cómo se presentan a través de medios de comunicación (televisión, cine, revistas) obras de teatro y otras manifestaciones culturales la figura del inter o del trans, como figuras foco de ridiculizaciones y abusos constantes.
Lo que se demanda es sencillo, dejar el miedo y el egoísmo, permitirse el hecho de interactuar en armonía con el otro diferente, con el otro diverso, y entender, que en un mundo donde lamentablemente ya todo está establecido, categorizado y clasificado a través de parámetros rígidos, las minorías que se atreven a disentir y a ser diferente, buscando fidelidad introspectiva, corren el riesgo de ser execrados de la sociedad sin derecho alguno a decidir, sin derecho a tener libertades, sin derecho a ser felices de la manera en que la naturaleza les asignó venir a este mundo limitado y flagelante.
Si disfrutaron la música de fondo que les propuse, les dejo por aquí una breve reseña de los responsables de tan maravillosa melodía. (Disculpen la carga subjetiva, me gusta mucho este músico y su banda).
Antony and the Johnsons es un grupo musical procedente de Nueva York liderado por el cantante y pianista Antony Hegarty, quien también es el compositor de todas sus canciones. Más que un grupo en sentido clásico, The Johnsons se puede considerar la banda de acompañamiento de Antony, quien da toda la personalidad al proyecto.
La personalidad del grupo está unida indiscutiblemente a la de Antony, cuya particular voz lo emparenta con artistas como Nina Simone o Aaron Neville, de los Neville Brothers. Su música, en la que además de su voz destaca el acompañamiento de piano, le acerca a géneros como el jazz y el soul más intimista. Asimismo, sus letras se caracterizan por tratar diversos aspectos de la vida transgénero, ya que Antony se considera como tal. Algunas de sus canciones con esta temática son My Lady Story o For Today I'm a Boy, en la que un niño sueña con hacerse mayor para poder convertirse en una mujer.
(Reseña tomada de: La Higuera.net).
LES RECOMIENDO ADEMÁS ÉSTA CANCIÓN, BANDA SONORA DE THE SICRET LIFE OF WORDS.
DISFRÚTEN:
miércoles, 23 de noviembre de 2011
¿Qué estamos haciendo?
Una vez visto el vídeo:
Es increíble ver cómo en el presente las guerras parecieran estar diseñadas para la destrucción irreparable del sistema cultural de la sociedad vapuleada. Vemos como se acometen cruentas guerras en contra de civiles sin importar edades, somos testigo de las consecuencias irreparables y pareciera que cada vez hay más regiones en el mundo, comunidades o sociedades, con sistemas emocionales y psicológicos destruidos, sin identidad, desplazados e incapaces de sobrevivir con dignidad en un mundo tan competitivo como el actual.
A partir de un proceso de guerra asimétrica y la reconstrucción social posterior, encontramos entonces realidades que son casi imposibles de volver a establecer. Como las guerras hoy en día buscan la destrucción de la identidad, la destrucción étnica del enemigo, es difícil entonces que dicha población que ha sido sometida a largos procesos de continua violencia bélica pueda encontrar paz y reestablecimiento en un ambiente devastado, donde la infraestructura de las instituciones que pudieran coadyuvar en el encontrar nuevamente la identidad, espacios como escuelas, hospitales, centros recreativos y de asistencia social también han sido destrozados, es mucho más complejo el poder ofrecer ayuda pertinente a la comunidad afectada.
Entonces, a partir del vídeo surgen muchas interrogantes. Qué está haciendo la comunidad internacional en términos de influir positivamente en contra de esta violenta realidad en la cual nos encontramos inmersos. Es que acaso tenemos que colindar con esas comunidades afectadas para poder generar acciones que vayan a favor de las sociedades vulnerables. Tenemos que esperar ser nosotros victimas directa o indirectamente de los efectos bélicos para comenzar a manifestarnos de diversas maneras. Un recorrido por los diversos agentes socializadores nos acerca a diversas reproducciones violentas, en la televisión por ejemplo, en el cine, video juegos que de alguna u otra manera apoyan la violencia, obras de teatro, redes sociales, entre muchas otras esferas sociales.
No podría decirse que caminatas a favor de la paz, manifestaciones pacíficas que promulguen la cultura de paz a lo largo del planeta tengan efectos significativos, pero al igual que es indignante ver las imágenes proyectadas, igualmente lo es saberse inmerso en una comunidad global en una “aldea global” que lo es para muchas cosas pero para otras no lo es tanto, que no protesta, que no levanta masivamente sus voces en contra de estas atrocidades que generan y manipulan muy pocas manos.
Pareciera que al acostumbrarnos a estas imágenes, estamos apoyando de manera pasiva los crímenes a los que a diario son sometidos niños a lo largo del mundo, igualmente, al comprar artículos de ninguna necesidad a grandes costos apoyamos indirectamente la explotación de mujeres también a lo largo del mundo. Y mientras tanto, mientras no nos afecte la realidad de “aquellos desfavorecidos” seguimos viviendo mudos, ciegos y sordos. Hasta el día en que conviertan al mundo entero en una eterna trinchera.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Murakami. Sauce ciego, mujer dormida

Sauce ciego, mujer dormida de Murakami, ha sido la última buena sorpresa que el 2010 me ha regalado en un tono subjetivo. La relación causa efecto ha puesto entre mis manos un libro que compuesto por veinticuatro maravillosas historias me ha dejado con la satisfacción de haber leído un inolvidable libro.
Veinticuatro cuentos llenos de magia, entramados psicologistas, experiencias surrealistas, enredos oníricos, etcétera. Avión… o cómo hablaba él a solas como si recitara un poema; Hanaley Bai; El hombre de hielo; Somorgujo; son algunos de los títulos que dispone éste inquietante compendio.
Leer a Murakami en Sauce ciego, mujer dormida, es como ir pasando por una serie de líneas maravillosamente estructuradas, creer que en un futuro, equis hipótesis terminará el relato, y de repente, en dos palabras ésta toma un ritmo y una dirección opuesta, definitiva e inédita, de repente, con tres palabras una sensación de escalofrío te recorre el cuerpo y la historia se hace inesperada, sublime, insospechada.
Miedo, desesperanza por llegar al clímax, buen sabor en la boca, sonrisas, movimientos negativos de cabeza, sentimiento de transitoriedad, de vulnerabilidad, y más se experimentan en éstos relatos.
Ha sido sin duda un gran estreno como Murakiana, con ganas de adentrarme en sus profundidades de fantasías, epifanías e incertidumbres. Con ganas de seguir soñando con roces de manos entre inmortales, conversar con un Somorgujo, imaginar un pequeño edificio de cuatro pisos cuando en realidad sus relatos transcurren en enormes y modernos rascacielos, recorrer el interior de estos monstruos arquitectónicos, aspirar un buen té asiático y dormir al ritmo de un piano jazz.
El próximo será Tokio Blues, esperando pueda mantenerme en un letargo, nadando entre letras e imaginando la voz autentica de un Murakami que ha sabido cautivarme.
Caracas, febrero de 2011.